Construimos un mundo completamente nuevo
Fuera de su soledad y la mía
Creímos que habíamos desenterrado la alegría
Con la ingenuidad de las almas que son ungidas
Solíamos hablar sobre el enlace irrompible
Entre el Amor y la Creación
Solíamos orar a Dios, como Job y Jesús
Pero tuvimos que sufrir como los dos
Recibí su Ser en mis manos
Como la Virgen María debió haberlo recibido
Nuestras esperanzas y nuestro dolor
Estaban enterrados en su carita roja y silenciosa
Escapando de nuestras miradas
Nuestro amado niño nos dejó
Sin decir una palabra
Y lloramos una vez más
Y entonces,
(Porque siempre hay un después),
Sepultamos nuestro corazón
En el consuelo de uno al otro
Y por la gracia de tanta congoja
Nuestro amor se fundió
Para ser uno mayor
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